⛔ # 107 "No, esto no se puede hacer" (me duele Europa)
Semana 107: La semana de los 4 días en periodo electoral
Hola, soy Alex Rayón Jerez. De #bilbao y #millennial (por los pelos).
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📷 Una imagen
En su viaje por China, el presidente Macron ha dicho que Europa debe ser el “tercer superpoder”. Pues no sé si lo veo, Presidente. No quiero caer en simplismos, pero siempre he pensado que mientras otras partes del mundo ven Internet como una oportunidad para transformar la economía y la sociedad, en Europa nos hemos preocupado por regularlo (sé que simplifico, pero no sé cuánto). Y así, en muchos sectores sociales y económicos. No hay mejor semana para desarrollar este concepto que una como esta, en la que Italia hace unos días prohibió ChatGPT, el Ministro de Transición Digital y Telecomunicaciones de Francia va en la misma línea, Alemania (parece) va en la misma dirección, y en España, no nos íbamos a quedar atrás. ¡Y eso a pesar de que producimos muchos doctores en Inteligencia Artificial! El que os escribe es uno de ellos, pero ante las oportunidades para hacer cosas, muchas veces, nos topamos con esta realidad tan limitante (“No, esto no se puede hacer”). La inteligencia artificial (IA) está teniendo un papel clave en el proyecto transhumanista de mejora de nuestras vidas. Son las llamadas NBIC: Nanotecnologías, Biotecnologías, Informática y Cognitivismo (inteligencia artificial y robótica). Pero, “No, esto no se puede hacer”. Europa tampoco produce infraestructura física ni lógica de Internet. Tampoco equipamientos. Sí, nos preocupamos por los estándares de las comunicaciones (5G, etc.). Es decir, por las reglas de cómo operar algo. Otra metáfora del papel en el que nos hemos quedado. Para terminar una imagen: ni los coches es cosa nuestra ya.
Ah! Una cosa. Me siento muy Europeo. Por eso, Me duele Europa.
📚 Cinco lecturas
En una época de tanta pereza intelectual, gregarismo y seguidismo de las masas a lo que dicen "las redes sociales” y las plataformas de streaming, me resulta siempre muy estimulante seguir y leer gente que utiliza su cerebro proactivamente en beneficio de la sociedad. No es fácil en el tema de la semana de los 4 días. El humano quiere trabajar menos y ganar más. Yo en cambio, no (percíbase la ironía). Ahora que vienen elecciones en España, parece que a nuestros representantes se les ha ocurrido sacar este tema y meterlo en la agenda de la sociedad. Muchos citan el estudio de UK sobre #4dayweek. Viene a concluir que la semana de 4 días es muy positiva y que mejora el bienestar, la conciliación, etc. Supongo que los departamentos de RRHH lo estarán reenviando sin parar estos días. Pues, os comparto tres reflexiones, desde una mirada más de experimentación científica:
- Lo básico y más llamativo: son ¡¡61 empresas!! La ley de los pequeños números y estas cosas.
- Muestreo: ¿cómo se seleccionaron esas empresas? ¿muestreo probabilístico o no probabilístico? ¿cómo asegurar que no se presentaron 61 empresas que estaban a favor de #4dayweek ? Es el famoso sesgo de autoselección. De hecho, las empresas participantes, si no he entendido mal, pagaron una donación para participar. Qué cosas.
- Ley de los pequeños números + autoselección = dificultad para comparar el grupo de tratamiento (4 días) con el de control (5 días). De hecho, ¿son comparables estos grupos de alguna forma? En el estudio no lo he encontrado.
Ahora pensaréis que estoy contra #4dayweek - Se llama el efecto halo y el no sesgo de confirmación lo que sientes ;-)Esta semana, Tim Cook (CEO de Apple) ha concedido una entrevista en la que dice que lee todos sus emails. El entrevistador, sorprendido, le preguntaba si incluso lo hacía con las personas que no conocía. A lo que Cook dijo que sí, que son justo los que más le inspiran. Busca dejar la bandeja de entrada vacía. ¿Tú eres de los que procura hacerlo todos los días? Yo sí. La evidencia empírica nos dice que cuanto más leamos a gente que no forma parte de nuestro círculo, mejor para nuestra creatividad. Esta tendencia por “sacar emails” para “abrirse al mundo” y “mostrar cercanía”, ha creado incluso metodologías. Según Campaign Monitor, un trabajador o trabajadora recibe de media al día 121 emails. Y, cada persona, envía de media, con objetivos de trabajo, un total de 40 emails. Es normal así que tengamos esa constante sensación de recibir muchos correos: la estadística nos da la razón. Lejos quedaron aquellos primeros años de normalización en el uso del email en el que había cadenas de Power Points con canciones embebidas o conjuntos de frases de autoayuda. Todavía recuerdo aquellos comienzos de los 2000 cuando existía esa entrañable tradición de mis amigos y amigas de reenviar cadenas de Power Points. Con asuntos escritos en mayúsculas, incitándote a no perderte el enésimo documento de 20 o 25 MB. ¿Os acordáis, #boomers? Por fortuna luego apareció Facebook, que desintermedió esas comunicaciones. ¿Os acordáis, #millennials? ¿Cuál es el epítome de este relato romántico hacia el email? Úsalo con responsabilidad, que está para quedarse.
Es difícil saber realmente todo lo que está pasando por dentro en Twitter. Pero es cada día más difícil de entender todo lo que va decidiendo y haciendo Musk. Ya dije en su día que personalmente creo que había confundido su visión sobre el problema a resolver: un problema de ingeniería no es un problema de interacción humana. Las soluciones de ingeniería, por lo tanto, no funcionan en contextos de factor humano siempre. Cada día hay más noticias sobre lo mucho que le puede estar costando a Musk abordar esto. Se calcula que de los 7.000 empleados, quedan solo 1.500. Se calcula también que este 2023 puede llegar a perder hasta un 30% de su negocio publicitario. Y por si esto fuera poco, ahora se mete en una (absurda) guerra con Substack (plataforma desde la que os envío esta newsletter). ¿Por qué? Porque Substack ha lanzado Notes, una solución muy parecida a Twitter. Mientras tanto, llevo semanas probando Artifact, la solución que lanzaron los fundadores de Instagram (que ya salieron de Facebook) para recomendar noticias “al estilo TikTok”. Es difícil no encontrar algo que me guste. ¿Sobrevivirá Twitter? Quién lo sabe. Un juguete caro de Musk.
ChatGPT y compañía (entiéndase esto como metonimia de “IAs generativas”), me encantan. Llevo manejándolas, entendiendo su sintaxis, hasta dónde llegan y hasta dónde no, etc., semanas. Pero también me gustan los pensamientos de segundo orden. Y uno de ellos es el agotamiento de recursos. Por un lado, sabemos que Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud están llegando a sus límites. Se trata de una industria, la de los servicios Cloud, tan grande como la de los semiconductores. Por otro lado, unos investigadores de la Universidad de Colorado han publicado un paper (hace una semana, seguir esto me está retando ciertamente…) en el que exponen que el entrenamiento de ChatGPT3 conllevó el consumo de más de 700.000 litros (lo mismo que precisa un reactor nuclear para enfriarse). En una pregunta-respuesta de conversación, ChatGPT consume 500 mililitros. La próxima vez que dialogues con ChatGPT, piensa en la botella de agua de 0.5 litros que tienes al lado. O dialogas o bebes agua ;-) La responsabilidad social de esta era de IAs generativas, ¡da para mucho!
A comienzos de 2000, el 23% de los norteamericanos decían que nunca tendrían un teléfono móvil. Que estas tecnologías móviles no eran para ellos. Hoy, 2023, se calcula que el 99% de los norteamericanos por debajo de 65 años, tiene móvil. The Economist publicaba en 1999 publicaba un artículo con dudas sobre las tecnologías móviles. La próxima vez que salga una tecnología disruptiva (Inteligencia Artificial, Metaverso, etc.), acordaros de esta anécdota, ¿os parece?
🔊 Un audio
¿Os acordáis del Evergreen? Un barco que cambió el comercio marítimo mundial. Una imagen que recorrió el mundo. Se hicieron simuladores para que entendiéramos el tamaño real de ese barco. Un podcast maravilloso para entender que el mar nos conecta.
💬 Un comentario en redes sociales
Elon Musk ha creado una nueva empresa llamada X.AI, según The Wall Street Journal. Sí, es el mismo que hace unos días firmaba un escrito solicitando parar este tema de la Inteligencia Artificial. Nada que añadir.
https://twitter.com/WSJ/status/1646993010373132288
🎲 Una lectura aleatoria
Si os fijáis, seguimos llamando “taper” (tupper) a cualquier envase de plástico para el almacenamiento y transporte temporal de alimentos. Bueno, pues la empresa que fabrica estos envases, que creció como la espuma en los años 50 del siglo pasado, no está pasándolo muy bien. Ha perdido casi la mitad de su valor en bolsa. Su historia, cuando a un genio se le ocurrió una campaña de marketing vendiendo el concepto de “las fiestas con tuppers” (cada invitado llevaba una comida de casa distinta), es maravillosa. Crear un estándar en un contexto de ocio, puede traer buenos réditos. Los/as vascos/as, seguimos intentándolo con el kalimotxo. A partir de entonces, tupper, como con los Velcros, el Pan Bimbo o los Post-it, es una marca que se ha convertido en una categoría de productos. Una eponimia impulsada por el marketing. ¿Y qué ha pasado estos años para que la compañía esté pasando estos apuros? Las nuevas generaciones quieren otras cosas. Envases biodegradables, contenedores de sílice, acero inoxidable u otras envases de plástico más sostenible, se alinean mejor con sus valores. Y es que no solo la tecnología digital provoca transformaciones. También el nuevo consumidor comprometido con unos valores diferentes.
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