Me fascina la vuelta del vinilo. Soy un melómano que, según Spotify, escucho una media de más de 5 horas de música al día. De pequeño, tuve muchos cassettes y más tarde CDs, pero nunca tuve vinilos, aunque sí que los he escuchado. Lo que me flipa de la vuelta del vinilo es que, en casi todos los parámetros medibles (y que un ser humano puede percibir), el CD tiene mucha mejor calidad que el vinilo. Lo único en lo que gana el vinilo es en el característico ruido de la aguja y de la electricidad estática, que para algunas personas supone 'calidez'.
Dicho de otro modo, cada vez que lo pienso la única explicación que encuentro es que el vinilo vende nostalgia. Y cada vez más gente está dispuesta a pagar por esa nostalgia. Muy curioso, si lo ponemos en el contexto de una sociedad que cada vez apuesta por vivir más rápido.
Me fascina la vuelta del vinilo. Soy un melómano que, según Spotify, escucho una media de más de 5 horas de música al día. De pequeño, tuve muchos cassettes y más tarde CDs, pero nunca tuve vinilos, aunque sí que los he escuchado. Lo que me flipa de la vuelta del vinilo es que, en casi todos los parámetros medibles (y que un ser humano puede percibir), el CD tiene mucha mejor calidad que el vinilo. Lo único en lo que gana el vinilo es en el característico ruido de la aguja y de la electricidad estática, que para algunas personas supone 'calidez'.
Dicho de otro modo, cada vez que lo pienso la única explicación que encuentro es que el vinilo vende nostalgia. Y cada vez más gente está dispuesta a pagar por esa nostalgia. Muy curioso, si lo ponemos en el contexto de una sociedad que cada vez apuesta por vivir más rápido.