🔥 # 83 El Anti-Power-Point-Party
Semana 83: Kit Digital: buenas intenciones, no necesariamente buenas ejecuciones
Hola, soy Alex Rayón Jerez. De #bilbao y #millennial (por los pelos).
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📷 Una imagen
¿Sabías que existe el Anti-Power-Point-Party? Yo tampoco. Se trata de un movimiento político con una única idea: abolir el Power Point de nuestras vidas. Tienen mi voto. Hay bastante evidencia de cómo su utilización no es necesariamente la mejor ni para comunicar ni para educar. Su formato lineal no es precisamente lo mejor para hacer memorizar algo. En esta revisión sistemática, mostraban evidencia empírica de cómo no mejora ni el aprendizaje ni las calificaciones. No es un sustituto de los libros. Las alternativas más flexibles y menos distractoras (resolución de casos, mapas conceptuales, ensayos, etc.), permiten concentrarse mejor, y aprender mejor. El formato de “transparencia” (página en formato presentación) dificulta el pensamiento profundo y complejo. Entonces, ¿por qué se usa y está naturalizado en la sociedad? Lo simple, hoy, triunfa, con independencia de su valor real.
📚 Cinco lecturas
En España, al calor de los fondos de recuperación y resiliencia, se ha implantado un programa llamado Kit Digital. Dicen dar 2.000€ para una "PYME de menos de 3 empleados", pagando a un "agente digitalizador" (¿?) para desarrollar la web, las redes sociales, tu tienda online, tu oficina virtual, digitalizar procesos, ciberseguridad, etc. Sobra decir que con 2.000 € como mucho tienes un plan para hacer algo de eso. Por lo que lo más probable es que esté siendo dinero que solo provoque una subida de precios, como suele ocurrir en todo con el dinero gratis. Pero lo peor de todo es la justificación: tengo entendido por varios amigos/as que se tarda meses en cobrar y que hay que presentar muchísima documentación. Esto no creo que que ayude a esos agentes digitalizadores que seguro son pequeñas empresas. Las buenas intenciones no conllevan siempre buenas ideas e implantaciones. 2.000 € es demasiado poco para generar un efecto. Y esto iba de recuperar rápido.
Youtube tiene más de 2.000.000.000 de usuarios activos cada mes. Según Pew Research, algo más el 50% de ellos está en Youtube para “aprender a hacer cosas que no saben hacer”. En definitiva, Youtube, de manera informal, desestructurada y altamente autónoma, se ha convertido de facto en una “universidad de la vida”. No es de extrañar que esté invirtiendo mucho en funcionalidades de aprendizaje, como la introducción de herramientas de interacción con el contenido, la posibilidad de introducir pruebas, etc. Tiene un buscador muy bueno (al final está Google por detrás). Y la gente tiene naturalizado para qué sirve. ¿Conocéis a Julius Yego? Yo tampoco, hasta hace unos días, que investigaba sobre el fenómeno de la transferencia de conocimiento vía Youtube. Kenyata, un lugar donde salen grandes maratonianos, Julius acumula numerosos récords en lanzamiento de jabalina, un deporte que difícilmente se puede practicar en un país sin infraestructura para ello. Pero es que Julius aprendió a practicarlo viendo vídeos en Youtube, razón por la cual se ha ganado el apodo de “Mr. Youtube”. ¿Estaremos viendo con esto una globalización del talento?
Time le metió en el ranking de uno de los peores 50 inventos tecnológicos de la historia. Clippy, el asistente que nos ayudaba en Word o PowerPoint en los 90 y comienzos de los 2000, nunca tuvo buena prensa. Decían que era invasivo y que aportaba poco, dado que las preguntas eran demasiado básicas. Microsoft lo quiso revivir el año pasado. ¿Es necesario ahora? En los 90, la gran mayoría de los ciudadanos del mundo no habían tocado un ordenador. Era normal que se precisara de ayuda. Moverte por esa abstracción física que eran los menús y las ventanas (carpetas, archivos, directorios, etc. son términos físicos), pudiera parecer natural. Y en este contexto actual, de usuarios más avanzadas, ¿por qué ha vuelto? Por el boom de los asistentes personales. Hemos naturalizado hablar con nuestros hogares o dispositivos móviles. Clippy ha vuelto, pero más evolucionado.
Que los bots (software con un comportamiento autónomo programado) son un problema hoy en día está fuera de toda duda. El juicio celebrado en EEUU hace un año contra Aleksandr Zhukov lo seguí de cerca por ello. Este “empresario”, montó una empresa de marketing digital (para entendernos), que mostraba anuncios de sus clientes en muchos lugares de Internet. Pero se especializó mucho en responder a incentivos: si me pagaban por cada anuncio mostrado, su incentivo era mostrar el mayor número de anuncios. Y descubrió que era fácil hacerlo con bots, esos software que tanto circulan por Internet. Le cayeron 10 años por fraude publicitario. Son varios los estudios que calculan que hasta el 40% del tráfico web es falso. Zhukov fue sentenciado por crear bots que simulaban interactuar con los anuncios de sus clientes. Nada muy distinto a lo que campa por Internet, pero seguramente sin un proyecto organizado por detrás. En 2017, Uber denunció a su agencia publicitaria por algo parecido. Y tu empresa, ¿cómo mide a tu agencia?
Rectificar es de sabios, decía mi abuelo. Llevo durante varios años hablando del “filtro de burbuja”, una idea muy sugerente que leí hace ya muchos años en un libro que he recomendado muchas veces de Eli Parisier titulado “The filter bubble”. En él, el autor decía que Internet nos polariza porque solo leemos aquello que nos gusta leer (sesgo de confirmación). Sin embargo, siempre que he tratado de buscar evidencia empírica de ella para hacer trabajos serios, me ha costado encontrar. Y llevo semanas viendo estudios en la dirección contraria: es verdad que Internet nos polariza como sociedades, pero no por exponernos solo “a lo nuestro”, sino precisamente porque nos confronta con ideas opuesta. ¿Es esto la muerta del filtro de burbuja? Parece que sí, y la evidencia en la literatura apunta a ello.
🔊 Un audio
Estos días se han entregado los Premios Onda 2022. Misterios en la Moraleja ha sido premiado como mejor podcast. Un programa que convirtió una anécdota en una serie sonora de suspense. En el barrio más rico de España, en las últimas elecciones autonómicas, hay un voto a Podemos. El resto, es historia, sonora.
💬 Un comentario en redes sociales
Elon Musk ya controla y dirige Twitter, tras el culebrón del año. No os perdáis su cuenta de Twitter estos días. Ha publicado más tuits que el anterior CEO en todo el año (20 tuits en todo el año había escrito el bueno de Parag Agrawal). Es como si un fabricante de TVs recomendara la radio o una bicicleta. Ha cambiado ya a todo el equipo directivo y empieza a alertar de importantes cambios en temas de moderación de contenidos, monetización y los famosos bots. Promete mucho su timeline en los próximos días.
🎲 Una lectura aleatoria
A comienzos del siglo XIII, los números que ahora denominados arábigos (0, 1, 2, 3, etc.) llegaron a Europa. Se encontraron con los férreos defensores del ábaco como sistema de numeración y posición. Pero no fueron los únicos: los monjes cistercienses elaboraron también un sistema de numeración. Este alfabeto va del 1 a 9.999, y permite representar cualquiera de estos números en un solo símbolo. ¿Cómo? Una línea recta vertical es el símbolo principal que actúa como eje que divide el plano bidimensional en cuatro cuadrantes. Cada uno de estos cuatro cuadrantes corresponde a una posición numérica. Fácil de usar y recordar. ¿Cuál era el problema? No se pensó para hacer operaciones aritméticas. Se pensó más para hacer anotaciones referenciales (año, página, etc.). El sistema arábigo, posicional, permitía hacer operaciones aritméticas rápidas (os acordáis de las sumas, restas, divisiones, etc.). Las anotaciones cistercienses, poco a poco se abandonaron en un mundo cada vez más calculador. Lo usaron clanes secretos, incluso la masonería o los nazis. La próxima vez que tengas que hacer una resta con la cabeza, piensa que el tema podría ser aún peor ;) Más sobre todo ello, aquí.
📰 En medios
“Postulaciones Premio Ada Byron” [El Mostrador Chile, 28/10/2022]
“Falta la killer app de la realidad virtual y aumentada“ [Deia, 23/10/2022]
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Kit Digital
Es tanto el papeleo, las gestiones y la mora en el cobro de la subvención (hasta un año!), que algunas empresas adheridas como agentes digitalizadores cobran un fee de hasta 500 euros por gestinarlo. Así, a la microempresa receptora de la ayuda (2000 euros de subvención) sólo se le aporta 1500 euros netos.
El mundo de la burocracia se nos va de las manos... Y menos mal que todo es digital/telemático! Me recuerda a "Las 12 pruebas de Asterix".