💑 # 109 Las apps de dating y sus cifras del Sapiens algorítmico
Semana 109: La Ley de Parkinson gobierna tu empresa y quizás no lo sepas
Hola, soy Alex Rayón Jerez. De #bilbao y #millennial (por los pelos).
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📷 Una imagen
Un estudio, liderado por el Washington Post y la Universidad de Chicago, expone cómo muchos de los valores e identidades que tanto han definido a los Estados Unidos están cayendo. En 25 años, muchos de los vínculos identitarios (patriotismo, familia, comunidad, etc.), caen sin parar. En este mismo contexto, crece el individualismo y el relativismo. Cada uno defiende su propia visión del mundo, cayendo la visión colectiva. Creer en esa pertenencia al grupo, no solo nos ayudaba a entender mejor el mundo que nos rodeaba (fuero esto cierto o no), sino que además, generaba sensación de grupo y equipo. Estos cambios de valores, vienen al mismo tiempo que un aumento muy significativo de las enfermedades mentales. Y son ya varios estudios (éste y éste, por ejemplo) los que formulan hipótesis sobre su eventual vínculo. ¿Cómo serán estas situaciones en otros contextos geográficos? Cree en algo.
📚 Cinco lecturas
Sois ya varios los que me habíais pedido hablar de la industria de las dating apps. Me debo a la comunidad, así que he estado unas semanas investigando. Tinder, que estoy absolutamente convencido que nadie conoce (percíbase la ironía), es solo la punta de un iceberg de una industria de miles de millones de dólares. Vox Media, tiene una serie de capítulos sobre ello que podéis encontrar aquí. Maravillosa serie. Estamos hablando de aplicaciones móviles que, por sencillas que parezcan, esconden unas particularidades y diferencias de propuesta de valor importantes. Empecemos por situar cifras: casi la mitad de la “población digital” ha usado en algún momento una aplicación de dating. Activamente, la usan un 20%. Algo más del 40% de los usuarios están ahí para buscar a la pareja de su vida. Sin embargo, esto solo lo consiguen un 13-14%. Son aplicaciones que diariamente tienen un uso muy importante, como si fuera un Instagram o TikTok en cuanto a captura de la atención. Entre 60 y 90 minutos al día de consumo digital. En 2022, para que nos hagamos a la idea, facturaron 5.000.000.000 de dólares, pese a que Tinder tiene una versión gratuita (el grupo Match, que agrupa varias de ellas, facturó algo más de 3.100.000.000). ¿Por qué tanta facturación si puede llegar a ser gratis? Por características más avanzadas (que te vean más chicos o chicas, que se te recomiende más, etc.). Veamos las cuatro más usadas. Tinder revolucionó este mercado por introducir el “swipe” (derecha o izquierda, gusta o no gusta). Rebajó la seriedad de algo tan humanamente básico como el emparejamiento. Fácil de usar. Pero hay problemas sociales y sesgos. Os los podéis imaginar. Por eso, Bumble, creada por una co-fundadora de Tinder que se enfadó en un momento dado, es ahora su principal competidor por el mero hecho de que solo la mujer puede aceptar el match. Una conversación no arranca si la mujer no quiere. Por otro lado, Hinge, solo permite que haya usuarios buscando relaciones largas. Grindr para el colectivo LGTBIQ. Lo que sí comparten estas aplicaciones es el uso masivo de datos. Controlan las recomendaciones y saben cómo la usamos. Por ejemplo, si llevamos días sin entrar, al volver a abrirla, tendremos más recomendaciones. Vamos, un poco de Behavioral Economics. Somos muy básicos. Si quieres ligar, no entres todo el rato (de nada, un placer contribuir al progreso y desarrollo). Todo esto y mucho más, en la serie de capítulos que me ha dejado muy pensativo de muchas cuestiones, especialmente al vincularlo con lo que abríamos hoy la newsletter: ¿qué somos y cómo nos relacionamos?
La Ley de Parkinson explica la idea de que el trabajo tiende a expandirse hasta rellenar el tiempo que uno dispone. En 1955, el escritor Cyril Northcote Parkinson, escribió una columna satírica en The Economist para parodiar la burocracia del sector público y el incremento descontrolado de puestos de trabajo públicos. Sin embargo, mucha gente y sectores se vieron espejados, y pronto se utilizó esta ley para explicar un conjunto de situaciones profesionales y personales. Desde que conocí esta ley, gestiono mi uso del correo electrónico y de WhatsApp siendo muy sistemático. Si tengo el email delante todo el día, estaré todo el día respondiendo. Si solo tengo 30 minutos a la mañana, 30 al mediodía y 30 al final del día, solo dedicaré 90 minutos. La Ley de Parkinson te domina, a ti y a tu organización. Por eso es tan importante, ante una especie tan procrastinadora como el Sapiens, tener una buena gestión y asignación de tiempos. De otra forma, todo el mundo estará muy liado en tu empresa, porque expande sus tareas hasta ocupar el tiempo. La restricción de tiempos nos hace más productivos. Y también considera el residuo de la atención; al cambiar de tarea, siempre eres improductivo al comienzo. Tienes tu mente aún en la anterior tarea. Por eso nos cuesta cambiar de tarea. Divide tu día en bloques desde el comienzo para luchar contra este residuo. Y no abras el email todo el rato.
El CEO de The Atlantic, una revista de EEUU, ha escrito estos últimos días una carta a sus empleados para animarles a aprender de “ingeniería de prompts” (lo que llevo diciendo semanas sobre lo importante que es saber dialogar con las máquinas). Además de eso, les pide que practiquen con las apps de IA aplicadas al ámbito de los contenidos. Según él, estas herramientas de IA van a marcar un antes y un después en el mundo del periodismo. En la carta, además de mostrar un optimismo (¿realismo?) con el que estoy 100% de acuerdo, da algunas ideas: crear un bot para ayudar a los lectores a encontrar piezas de contenido (os invito a probarlo en vuestra empresa con GPT4All), tener ideas sobre nuevos artículos (nada mejor que ChatGPT con prompts avanzados para ello), etc. Pero sobre todo, en esa carta he encontrado una cita que llevo semanas diciendo: creo que esta naturalización del diálogo humano nos va a mover de una arquitectura de Internet basada en enlaces y ventanas a una basada en el chat. Y esto pudiera cambiar no solo el mundo de las interfaces gráficas, sino también la publicidad digital e incluso la propia relevancia. ¡Qué tiempos más interesantes nos vienen!
En 2009, en Wired, y mientras vivía en Estados Unidos, leí este artículo. Hablaba de floreciente nueva industria basada en tener nuestra localización registrada de forma pasiva. El autor del artículo decía que la localización lo iba a cambiar todo. Que estemos en mínimos históricos de privacidad, es solo consecuencia de aquellas primeras apps que nacieron al calor del recientemente estrenado iPhone. La gente sentía satisfacción por aquel entonces compartiendo su ubicación. Recuerdo asistir a un evento que se organizaba en mi universidad a la que acudía una empresa llamada Foursquare. Nos decía que íbamos a poder participar en una red social compartiendo dónde estábamos. No entendí la propuesta de valor. Pero era joven, y claro, tenía que mostrar que pertenecía al grupo. Así que comencé a usarla. Tardé poco en darme cuenta que eso no era sano. Los que habéis venido a alguna de mis conferencias, sabéis que muestro al inicio el mapa que podéis consultar con el histórico de ubicaciones que sabe Google que has estado (abajo un pantallazo cortado del mío). Estos días, he descubierto que puedes descargarte una copia de los lugares que más has pisado, con qué patrones de comportamiento, cambios de rutinas, etc. Sí, la geolocalización lo cambió todo, social, comercial y personalmente. No sé cuánto le quedará a este mundo, es tremendo.
Uno de mis papers favoritos sobre tecnología está escrito por un economista. Es éste, es de 2010, y básicamente viene a medir los efectos multiplicadores de los tipos de empleo. Por explicarlo desde lo empírico: por cada empleo de producción que se crea en una ciudad, se crean 1.6 puestos de trabajo de servicios. Si el puesto de trabajo creado es altamente cualificado (tecnología, ciencia, etc.), esto llega hasta los 2.5 puestos de trabajo. Las industrias de alta tecnología, son las que más puestos de trabajo de servicios crean. En definitiva, que haya una guerra fría tecnológica, entre muchas cuestiones, tiene mucho que ver con esto. Mejor será tu sociedad. Por eso nunca entenderé (percíbase la ironía) que se dé en abstracto el dato del empleo. Cualificarlo sería socialmente de mucho más valor.
🔊 Un audio
💡 Muchos me decís que en esta sección es donde más aprendéis. Descubrís la potencia del podcast y el aprendizaje pasivo que nos permite. Hoy os traigo una nueva recomendación, sobre Big Data, Inteligencia Artificial y la vida en general. Es “El podcast ninja sobre Big Data”.
💡 Marta Arroyo, su autora, y amiga de la casa (Deusto), nos invita a personas aparentemente normales que quieran transformarse en ninjas del Big Data a escucharla. Sin turrones y al grano, te lo escuchas en lo que te preparas el café.
💡 Todo lo relacionado con el Big Data y el mundo de los datos, tratado de manera normal, con los pies en la tierra y con sentido del humor. Pasen y escuchen.
💬 Un comentario en redes sociales
Los yayos digitales como yo nos acordamos mucho de FarmVille. ¿Os acordáis de vuestros amigos turras pidiendo remolacha o tomates? En seis meses, llegó a 30 millones de usuarios. ¿Cómo? Invadiendo todas nuestras cuentas de Facebook de notificaciones pesadas. Creció, en definitiva, gracias a Facebook. Lógicamente, se dio cuenta. Si querían vender cosas dentro de su ecosistema, se emplearían los Facebook Credits (qué tiempos!) y se quedarían con un 30% de la comisión. Zynga, el fabricante de FarmVille, consiguió ir saliendo de Facebook. Pero era tarde ya para algunos, que creyeron que montar algo sobre Facebook era buena idea. La gran mayoría quebraron. Hace poco, FarmVille. Moraleja: nunca hagas crecer tu negocio sobre la infraestructura de un tercero.
🎲 Una lectura aleatoria
“Speed reading” es un término que no para de ganar popularidad. La gente quiere leer más rápido. El término describe un conjunto de técnicas que aparentemente nos harán leer más rápido, sin afectar a la profundidad de comprensión del texto. Lógicamente, esto se envuelven del contexto de productividad que nos rodea para todo. La evidencia empírica nos dice que la única forma de conseguir esto es leer más y más. Vamos, la práctica, como casi todo en la vida. Sin embargo, en la era de TikTok y Youtube, es difícil argumentar desde la profundidad. En las conferencias de mis últimos días, he hecho pruebas con chatpdf.com en directo. Subir un PDF de 100 páginas, y pedirle un resumen rápido y ágil. La gente alucina y muestra su deseo de aprender la herramienta. En lugar de cuestionarnos el origen (el exceso de información), nos vamos al destino (consumir más rápido). Todo esto para deciros que me ha encantado este artículo de Ethic invitando a cuestionar estas prácticas.
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